El bosque de Białowieża es una de las últimas zonas que quedan del bosque primigenio que solía extenderse a lo largo de la Llanura Europea. Es hogar de abetos gigantes, robles y fresnos, y más de 20.000 especies animales. La más famosa de ellas es el bisonte europeo. El Ministro de Medio Ambiente de Polonia, Jan Szyszko, aprobó una propuesta del Servicio Forestal Estatal para ampliar las zonas de tala planificada, amenazando así estos hábitats naturales con una degradación irreversible. La Comisión Europea respondió a una queja de 7 organizaciones ambientales, pero la tala sólo ha sido detenida temporalmente. En 2017 se creó el Campamento para el Bosque para detener la devastación de este rincón salvaje y defender su protección como parque nacional.
El año 2017 fue un año especial para el bosque de Białowieża. Después de más de 20 años de campaña para la protección de este bosque único en Polonia, con unos cuantos pequeños logros en el camino, la situación dio un giro radical. El último bosque primigenio de las llanuras de Europa, Patrimonio Mundial de la UNESCO, que alberga a la mitad de los bisontes europeos, estaba siendo devastado a gran escala.
La excusa original para la tala fue un brote del escarabajo de la corteza del abeto. En un bosque primigenio tales brotes ocurren cada 10 años más o menos. El brote actual es mayor de lo habitual a causa de los cambios en el clima que hacen que el abeto sea más propenso a ser atacado. Los abetos en descomposición proporcionan un hábitat para numerosas especies que tienen dificultades para sobrevivir en una plantación forestal común, y además desempeñan un papel clave en la regeneración natural del bosque. Pero para las Autoridades Forestales Estatales significa sobre todo una pérdida de madera y, como tal, una pérdida de ingresos.
Por eso, por primera vez en la historia, las motosierras entraron al bosque. Dicha máquina es capaz de cortar hasta 300 árboles al día. Además, las motosierras entraron en las partes más preciosas del bosque: árboles que tienen más de 100 años. Lo que hace que los árboles del bosque de Białowieża sean tan únicos es que, hasta ahora, no han sido sometidos a técnicas forestales modernas. El bosque de Białowieża constituye solo 0.6% de todos los bosques polacos y es único porque no fue creado por medios artificiales. A pesar de este valor inestimable, se talaron aproximadamente 180 mil árboles en el bosque de Białowieża durante 2017.
En 2017, el Campamento para el Bosque se creó para detener la devastación de la naturaleza salvaje y presionar para convertirlo en un parque nacional. Si bien la intensidad de la tala ha disminuido (¿temporalmente?), todavía tenemos muchas cosas que hacer, tanto en el sitio como en línea. En primer lugar, seguimos monitoreando el bosque para poder reaccionar rápidamente ante cualquier cambio. Actualmente, vemos a los silvicultores estableciendo más y más nuevas plantaciones, que son una amenaza aún mayor que la tala para la continuidad de los procesos naturales. Sin embargo, es un desafío crear resistencia pública a esta amenaza. Además, nos hemos enterado de un plan escandaloso para iniciar la tala de madera en las reservas naturales del bosque. En respuesta, hemos lanzado una campaña de comunicación instantánea y organizamos una visita para interrumpir la discusión de este plan. Gracias a nuestra rápida reacción, el plan se pospuso pero no se descartó por completo. Esto muestra que tenemos que permanecer alertos/as y estar preparados/as para oponernos a la tala tan pronto como regrese.
Estamos decididos/as a lograr nuestro objetivo final: un parque nacional para todo el bosque de Białowieża. Actualmente, solo 17% de la parte polaca del bosque de Białowieża está protegido como Parque Nacional. El 83% restante es administrado por las autoridades forestales estatales. Sabiendo que la opinión local es una de las principales barreras para la ampliación del parque, estamos trabajando con la comunidad. Hacemos educación informal para niños, creamos plataformas para la discusión sobre el futuro de la región, estamos tratando de superar los clichés negativos sobre los/as ambientalistas mediante el contacto diario y directo con nuestros/as vecinos/as. El camino a seguir es largo, pero cambiar las actitudes de las personas crea un terreno mucho más estable para una mejor protección que contar con las decisiones de arriba hacia abajo impuestas por los políticos.
Aparte de esto, estamos luchando con una creciente carga legal. Gran parte de nuestro trabajo ahora se dedica a coordinar la logística de más de 150 casos legales. Los/as activistas han sido demandados/as por ingresar a partes "cerradas" del bosque (traspaso); para bloquear el trabajo de los leñadores (incurrir pérdidas para los forestales y/o alterar el orden público); ocupar espacios públicos de la Autoridad Forestal Estatal (¡clasificado como un delito penal!); bloquear los camiones utilizados para extraer madera ilegal (bloquear las vías públicas); etc.
Fotos:
© Adam Wajrak: 1, 2, 3, 4, 5, 12
© Brais Palmás: 6, 7, 8, 9, 10
© Pavel Simeonov: 11
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