105 km de la frontera griega, 212 km de Tirana, 72 km de Vlorë y 2 km adicionales de camino de tierra que necesitas para llegar a un lugar casi virgen conocido como Playa Gjipe en la costa albanesa. El difícil acceso hace que estos doscientos metros de arena ocultos detrás de acantilados verticales sea un lugar visitado principalmente por escaladores, ciclistas, pescadores y turistas más aventureros.

Esta playa solía ser una base militar y esta podría ser una de las razones que podrían haber protegido a Gjipe de ser urbanizada. En el camping detrás de la playa hay varias señales que piden a los invitados que mantengan el lugar libre de basura y que no desperdicien demasiada agua.

Hay agua de pozos, electricidad de paneles solares y agradable sombra de olivos y naranjos. La gente local dice que no quiere que Gjipe se convierta en un lugar que no puedan permitirse visitar. "¿Pagarías una tarifa de 20 euros para entrar a esta playa?". Temen que el gobierno se "haga cargo" del área y comience a construir.

En la Riviera albanesa, el auge de la construcción comenzó hace unos años. El agua cristalina y el bajo coste son algunos de los lemas utilizados para atraer turistas extranjeros. Vlorë, Himarë y Palasë han sufrido consecuencias directas y sus casas tradicionales y negocios locales están enterrados bajo edificios de cinco pisos con apartamentos vacíos. “El año pasado fue peor. Vlorë se parecía a Bagdad ”, menciona la trabajadora en una tienda de teléfonos móviles.

En octubre, la temporada casi ha terminado y los trabajadores del camping empaquetan las sombrillas de caña para el próximo año. El gobierno ha construido nuevas torres de electricidad recientemente. Los búnkers de la época del dictador Enver Hoxha a lo largo del camino de tierra nos recuerdan cuán duraderas pueden ser las estructuras de hormigón. ¿Es el camino inaccesible el que preserva a Gjipe, o la gente local? Sea como sea, caminar dos kilómetros hacia abajo y dos kilómetros hacia arriba con tu mochila contribuye a la protección de la playa.