
Niña jugando junto al pueblo Hat Sa
La afluencia masiva de turistas que buscan desconexión a través de la relajación, la comodidad y los paquetes vacacionales, ha causado la homogeneización y degradación de muchos destinos. En países autoritarios o semi-autoritarios, esta desconexión también es fomentada por los gobiernos locales, manteniendo a los turistas alejados de los problemas sociales y ambientales a los que se enfrentan las comunidades locales. Se espera que los turistas permanezcan en las rutas del turismo de masas y las atracciones más populares. Tal es el caso de Laos.
En Laos, los tours estandarizados con paseos en bote, cascadas y estupas doradas mantienen al turista alejado de los conflictos ambientales y sociales que importan. A sólo 30 km al norte de Luang Prabang, el "destino más relajante del mundo", se oculta un gran problema: la destrucción del río Nam Ou.

Muang Noy es el centro comercial donde los locales venden sus productos una vez por semana.
Río Nam Ou
Nacido en las montañas del norte de Laos, este río recorre 448 kilómetros a través de montañas vírgenes, valles boscosos e impresionantes acantilados de piedra caliza amenazados por 7 grandes represas.

Karst de piedra caliza en el río Nam Ou
Hasta hace pocos años se podía viajar en bote a lo largo de todo el río. Ahora, estos proyectos hidroeléctricos en construcción, bloquean el movimiento de turistas, pueblos indígenas y vida silvestre e inundan 400 kilómetros cuadrados de naturaleza inexplorada. En noviembre de 2017 la construcción de la
Presa Nam Ou 3 hizo imposible viajar entre Nong Khiaw y Muang Khua, el tramo del río más hermoso, visitado por 25 a 100 personas diariamente.